ya en casa” suspira con alivio al cerrar la puerta. Baja las persianas con la excusa de que la luz natural aturde sus ojos verdes. Se desviste de camino al baño, ni se molesta en recoger el uniforme del suelo. Añade las sales aromáticas que encargó por internet y mientras se quita los calcetines comprueba con satisfacción que la laca de uñas sigue tan perfecta como siempre.

Categorías: Microrrelatos

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