«La propia de los buenos espantapájaros es que atusan a los pájaros«. Así empieza el dictado que encuentro arrugado, con un montón de tachones rojos, debajo de la cama de Vera.

Los médicos no saben lo que le pasa, todas las pruebas indican que su capacidad auditiva está intacta. Carmen, la psicóloga del cole, dice que lo hace para llamar la atención. 

Si me lo preguntaran a mí, diría que es su manera de olvidar lo que pasa por las noches en esta casa. No deja de oírlo pero por lo menos ya no lo entiende…. Quizá yo debería empezar a hacer lo mismo.

Categorías: Microrrelatos

0 comentarios

Deja una respuesta

Marcador de posición del avatar

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *