Le pido que haga todo lo posible por mantener con vida a mi marido un poco más. El tiempo justo para contarle la buena noticia: “He quedado segunda en el concurso de tortillas” le digo orgullosa. No da crédito, lo veo en sus ojos cansados. Es lógico, él nunca ha confiado en mí. Siempre con su cantinela de “eres tan inútil que ni los huevos fritos te quedan bien”. Y aunque no me guste reconocerlo y menos darle la razón, es verdad que los de ayer un poco a matarratas sí sabían.
Categorías: Microrrelatos