– Seguimos sin tónica, así que te he puesto Sprite, como ayer. El libreto lo traigo ahora, cuando acabe aquella mesa.

-No te preocupes, no lo necesito; apúntame “Deseos de cosas imposibles” de La Oreja y cuando puedas ¿me traes un poco de limón?

-Claro, ¿algo más?

Negó con la cabeza, sin decir nada, pero mientras se alejaba para poner la canción en cola, murmuró con resignación: “sí, que dejes de rellenar las botellas con garrafón… pero sobre todo que algún día te des cuenta de que la elección de mis canciones no es casual”.

-Perdona, ¿decías algo?

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